lunes, 25 de febrero de 2013

- Capítulo 18 -

Al segundo día la habitación del nuevo hotel en el que habían elegido hospedarse estaba lo suficientemente desordenada como para que ambos no dieran con la mitad de las pocas cosas que llevaban encima. La pequeña cocina arrinconada en la habitación protegida por un estrecho mostrador que la separaba del resto de la estancia ya reunía envases vacíos de comida para microondas y las toallas del baño se amontonaban sobre los colchones a los pies de las camas.

Habían comenzado a vivir al día sin pensar en el día siguiente, a reír de cosas absurdas, comer lo que menos esfuerzo les exigía preparar y a convertirse, sin duda, en unos chicos desordenados a falta de autoridad. Salían a la calle no sin bajar la guardia aun con la tranquilidad que les acompañaba si no se paraban a pensar demasiado en lo que su actual situación suponía y pasaban horas viendo concursos absurdos en la televisión mojando las camas con las cabezas aun mojadas y las toallas aun liadas en el cuerpo tras una ducha. Se sentían bien y ninguno de los dos tenía ganas de estudiar al otro para sacar una discusión que podría aflorar con pasmosa facilidad.
Eran Changmin y Jaejoong, dos chicos libres sin grandes planes ni expectativas de futuro pero, después de todo, libres.

- Creo que nos podemos pasar al ramen de nuevo – dijo Jaejoong tirando a la basura unos envases de pizzas precocinadas – Mi interés por la pizza ha ido decayendo desde la cuarta vez que empecé a olerla aun dentro del microondas.

Changmin rió para sí sacudiendo la toalla y extendiéndola para que se secara con la esperanza de poder usarla horas más tarde.

-¿Qué te apetece aborrecer ahora? Con el curry es fácil. Dos días a base de ramen de curry y nos podremos pasar a los sándwich envasados.
- Oh, no – dijo Jaejoong acercándose otro envase a la nariz para olerlo y asegurarse, efectivamente, de que había aborrecido la pizza – Sandwich envasados no. Aunque tienen una buena variedad: vegetal de gastritis, mixto de salmonelosis , pollo al e.coli,…
- El último suena bien ¿italiano?


Jaejoong soltó una carcajada y Changmin sonrió complacido al escucharle.
Tras meter la papelera bajo el pequeño fregadero Jaejoong empezó a abrir los cajones más bajos y tras cerrar el segundo se levantó con una sartén en la mano mostrándola mientras la sujetaba por el mango.

- ¿Y si cocinamos? No sé, tenemos cocina y le habíamos visto su gracia.
- ¿Sabes cocinar?
- Llevo años sin hacerlo pero no puede tener mucho misterio ¿no?- respondió Jaejoong haciendo girar la sartén en su mano
- Lo mismo puedo decir de mí. Podemos comprar algo de carne, verduras y lo que se le suela echar a la carne cuando se guisa.
- Se nota que tú también eres un entendido de la cocina.
- O nos fiamos de nuestras dotes culinarias o terminamos con los sándwichs. Yo me arriesgaría a cocinar.
- Ya somos dos.

Poco después ambos caminaban por la calle rodeando la manzana en la que se encontraban en busca de una tienda que tuviera lo que buscaban. Para cuando volvían al hotel llevaban una bolsa con algunas verduras, carne y frascos de especias que no habían escuchado en su vida.

- ¿Sabes por donde empezar? – preguntó Jaejoong a espaldas de Changmin cuando este vació la compra sobre el mostrador.
- No estoy muy seguro de si empezar por las verduras o por la carne.
- ¿Qué se hace más rápido?
- La carne, creo yo.
- En todo caso tienes que empezar por cortar las verduras a menos de que pienses echarlas enteras – le aconsejó Jaejoong alejándose y sentándose en el borde de su cama.
- ¿Cómo que “tienes qué”? ¿Y tú qué?
- Yo te supervisaré.
- No puedes tener tanta cara. Aunque de que tú no metas las manos depende que no muramos de una indigestión.
- Habrá que ver si llegamos a mañana con el resultado que obtengamos de las tuyas – añadió Jaejoong con un deje de risita al final de la frase mientras empezaba a quitarse los zapatos.
- Te haré callar cuando pruebes mi guiso aleatorio Shim Changmin.

Dicho esto Changmin se giró hacia el mostrador y tomó un cuchillo de la bolsita de menaje del primer cajón. Sacó unas zanahorias y tras lavarlas bajo el grifo del fregadero luchó por decidir si pelarlas o cortarlas antes. Tras razonar las peló, puso la primera sobre la tabla de madera y comenzó a cortarla en rodajas muy finas como si quiera aparentar que tenía la táctica pulida de un cocinero.

Jaejoong dejó caer el primer zapato sobre la alfombra de forma despistada y se encorvó hacia delante para quitarse el otro. Entonces se enderezó y tragó saliva. El golpeteo del cuchillo sobre una tabla de cortar rompía el silencio en la habitación de forma constante. Sus manos se cerraron sobre sí mismas y sus dientes apretados tensaron su gesto.

Entornó la mirada como si intentase enfocar algo que tenía a dos palmos de su cara y frunció el ceño al empezar a ver lo que intentaba reconocer. El sonido del metal contra la madera, suave y rítmico. Su madre cortaba verduras y su música en la cocina solo era interrumpida por los crujidos de unas hojas de periódico enderezadas una y otra vez. Tras las grandes páginas grises había una persona y su estómago se revolvió cuando la reconoció. Su cabeza lo nombró esperadamente “ese gran hijo de puta” y para no menospreciar el título que llevaba consigo una ola de calor le recorrió todo el cuerpo, un deseo irrefrenable de hacerle callar, de hacerle desaparecer. “No te lo permitiré” decía aquel tipo, “maricón” soltaba con desprecio. Llamaba “ese tío” a la persona más esencial en su vida.
Y aquel hombre soltó el periódico tras cruzar tensas palabras. Se adelantó a su hijo en las ganas de darle un puñetazo y le hizo caer al suelo. Se levantó pero el adulto volvió a ir a por él. “Yunho me dejará si no me enfrento a ti” le dijo desde su silencio y se lo resumió con una puñalada.
Cuando en ese recuerdo su padre cayó al suelo sin vida algo parecido a la calma se hizo con él, calma frente a una situación sin remedio.

- Jaejoong…

Una mano se posó en su hombro y lo sacudió suavemente. Jaejoong levantó la vista, le miró y sentenció.

- Era un hijo de puta.

Changming se sentó junto a él y se dispuso a preguntar pero Jaejoong se adelantó.

- Nunca trató bien a mi madre y ella nunca le dio motivos. Yo tampoco se los di y no me trató mejor. Siempre lo supo, esperaba que se me “pasara” esto antes de que me diera por sincerarme con ellos, pero no fue así. Sabía… yo sabía que él conocía lo que le iba a decir y como iba a reaccionar pero necesitaba decirlo, era mi turno para rebelarme. Pero lo que yo no sabía era como me iba a sentar a mí su reacción, eso no lo tuve en cuenta. Se lo merecía, casi me lo pidió y no se lo negué. Le maté, maté a mi padre y no me siento culpable. No lo siento por él, lo siento por mí y tras lo que me hizo  hacer le odio más.

Changmin le miró ensimismado. Hablaba con calma, no había pánico en él, sabía lo que decía y aun así tenía el control sobre sí mismo. Ya le habían informado anteriormente de lo que había hecho y tras entrar en un estado de pánico lo había vuelto a olvidar. Esta vez era diferente. Antes de acceder al recuerdo había accedido a la razón. Recordó el odio que tenía hacia su padre y, tras hacerlo, había recordado lo que había hecho. Ahora tenía sentido.

- Lo sé – dijo Changmin demasiado desorientado aún como para labrarse otra entrada en la conversación.
- ¿Lo sabes?
- Lo que hiciste. Lo sé desde hace tiempo…
- Bromeas ¿verdad? – preguntó Jaejoong con un deje de sonrisa.
- Si te lo hubiera dicho…
- ¿Lo sabías y nunca me lo dijiste? No… tienes que estar de coña.
- ¿De qué habría servido que lo supieras?

Changmin pasó rápidamente a ocupar su puesto. Ahora debía defenderse pero Jaejoong había dejado de mirarle para evitar cruzarle la cara de un golpe.

- ¿En serio me preguntas eso?
- Piénsalo… - le pidió Changmin casi en tono de súplica – Irías a la cárcel tras ir a juicio.
- ¡Pero esto no va de la libertad! No la tenía y no iba a haber diferencia ¡Se trata de saber de mi puta vida! ¿Sabes lo que he sufrido por no saber…?
- ¿Y ahora ya te sientes bien por saberlo?
- S-… ¡No! Pero… ¡Joder! ¡No era tu decisión! – se quejó mientras volvía a ponerse el zapato para tener las manos ocupadas.
- Lo siento.
- ¿Lo sientes? – dijo enderezándose y poniéndose en pie sin tener nada más en lo que entretenerse estando sentado a su lado - ¿Me tomas por idiota? ¿Y por qué no me lo has dicho tras escapar? ¡No tenía ni puta idea de lo grave que es esto! Soy un asesino…

Tensó la voz para poder bajar el volumen al pronunciar las últimas palabras y volvió al tono anterior tras nombrar la gran verdad.

- ¡¿Cómo no me lo dices?!
- No quería ponerte en esa situación. Estabas bien sin saberlo. Ahora… ¿qué ha cambiado? Seguimos ocultándonos.
- Jaejoong está mejor sin saber nada. ¡Funcionas como todos los demás! – le acusó Jaejoong dando algunos pasos y volviendo sobre ellos sin parar.
- Nunca te he visto ser tan feliz como cuando no sabías nada. Ojalá yo pudiera olvidar ciertas cosas.
- No hables como si entendieras lo que en realidad supone eso. Si yo quería saberlo… Prefería estar encerrado y cuerdo en la cárcel que encerrado como un demente.
- No entonces.

Jaejoong detuvo sus pasos y se decidió a mirarle.

- Tu querías estar conmigo – continuó Changmin – Entre rejas o en libertad, pero conmigo. Lo demás no te importaba demasiado. Lo hice por ti y creo que no me equivocaba. Ahora tus preferencias han cambiado. No me culpes de eso. Yo no quería que me olvidaras.

Changmin sintió entonces algo a lo que no había querido ponerle nombre hasta entonces. Querer a Jaejoong no le evitaba estar dolido y sentir rencor. En todas las situaciones acababa por ser atacado y ser su enemigo. Se había creído sin derecho a quejarse y se había sentido culpable por lanzarle indirectas cuando se cansaba de su ignorancia. Pero el peso lo debían llevar los dos y no había logrado disimular su rencor y su cansancio. Jaejoong lo notó incluso antes que él y tras pasear la mirada por el suelo pidió tiempo muerto dándole la espalda a Changmin y saliendo de la habitación.

Caminó de forma acelerada por la calle sin intención de ir a ningún lado en concreto. Estaba saturado. Tenía la cabeza rebosante de información nueva y aún así era evidente que le quedaba mucho por recordar. Al llegar a una boca de metro entró bajando las escaleras de forma atropellada. De repente se sentía terriblemente expuesto y fácil de ver en un lugar con pocas personas y a plena luz del día.
El tintineo de las monedas en su bolsillo mientras bajaba las escaleras le recordó que podía coger el primer metro que pasase por allí. Se acercó a ver la tabla de horarios y tras comprar su ticket esperó impacientemente durante unos escasos minutos. Se dirigía al centro. Ya no le parecía menos seguro mezclarse entre cientos de personas que apartarse de ellas. Era como si llevase una señal luminosa sobre su cabeza indicando al mundo donde se encontraba. Necesitaba moverse y no parar. El hecho de quedarse quieto esperando un tren que solo le hizo esperar unos tres minutos activaba una alarma en su cabeza. Era como estar siendo perseguido por una jauría de lobos.

Al subir al vagón no tomo asiento. Se asió a la barra que más cercana había a la puerta por la que había entrado e intentó al menos dar apariencia calmada ante las pocas personas que se encontraban allí. Trasteó su labio inferior con los dientes hiriéndoselo con cada pequeño pellizco y clavó su mirada en su reflejo en la ventana en cuanto el metro se sumergió en la oscuridad de los túneles.

Cuando se detuvo se apeó esquivando con poco acierto a los que se disponían a entrar, siendo notablemente más de los que salían, y para cuando salió a la superficie había perdido la cuenta de con cuantos hombros había topado y cuantas quejas había recibido sin entender el idioma.

Su espacio personal se había reducido a poco más de un metro donde ahora se encontraba y muy a menudo desaparecía. La gente era como una muralla. Entre tantas personas él era un grano en una bolsa de arroz. Casi invisible si no dejaba de moverse ni se arriesgaba a salir de la multitud. Caminó deseando ser cualquiera de los desconocidos con los que se cruzaba y fue agachando y alzando la cabeza según se sentía a cada instante; protegido o expuesto. Ralentizaba el paso y alzaba su mirada al frente suponiendo que eso le daba una imagen más natural e instantes después la agachaba volviendo a acelerar el paso como si de aquella forma a nadie le diera tiempo a posar su atención en él.

Llegó a un ancho paso de peatones y una mano sujetó su brazo haciéndole dar un latigazo con él apartando el inesperado agarre. Una mujer le miraba con el ceño fruncido y tras decirle algo que Jaejoong no entendió señaló el semáforo en rojo.
Los nervios no le permitieron disculparse ni agradecer y tras solo asentir miró al frente posando la mirada en las personas situadas al otro lado del paso de peatones.

Su mirada se clavó en una persona. Habría apostado un brazo a que eran imaginaciones suyas pero la atención del otro chico hacia él le hizo reaccionar.
Con un gesto contenido de sorpresa Yunho le miraba desde el otro lado de la calle como si le costase el mismo trabajo asimilar lo que estaba viendo.
Se preguntó que demonios hacía él en Japón y antes de tener tiempo para barajar las posibilidades el semáforo se puso en verde.

La gente empezó a cruzar y, sin perder el contacto visual, Jaejoong dio un paso atrás a la misma vez que Yunho lo daba para cruzar la calle. No podía arriesgarse a no tenerlo de su parte y sin esperar un segundo más Jaejoong se giró sobre sí mismo y echó a correr deshaciendo el camino por el que había venido haciendo el uso del automático de su cabeza.
Yunho nunca le había ayudado a recordar y nunca había parecido tener interés en verle fuera del psiquiátrico. Estaba seguro de que eso no había cambiado y sus pies no se detuvieron en su huida. No tenía ninguna duda de que Yunho corría tras él y estaba en lo cierto. Esquivaba personas con más habilidad que él aunque Jaejoong le estuviera ganando en velocidad.
Pasó junto a la boca de metro por la que había salido y soñó con no toparse un semáforo en rojo o una calle sin salida pero lo primero le llevó a lo segundo. Tras girar saliendo de la multitud que se agolpaba para cruzar esperando el cambio de color del semáforo entró en lo que parecía un callejón donde concluían las puertas traseras y salidas de incendio de los edificios de aquella parte de la manzana. Frenó casi cayendo al suelo cuando sus zapatos derraparon por la arena del pavimento y, tras tocar con una mano el suelo para no terminar de perder el equilibrio, se enderezó dispuesto a subir por alguna de las escaleras.
Los dos segundos que perdió en el resbalón y la búsqueda de una vía de escape le valieron a Yunho para agarrar el brazo de Jaejoong cuya reacción no se hizo esperar.
Giró sobre si mismo con brusquedad llevando la mano libre contra su cara encabezando el gesto con los nudillos. El otro chico pudo poner a tiempo la mano entre el puño y su cara pero esto no le evitó retroceder y tambalearse.

- ¡SUELTA! –tronó la voz de Jaejoong en el instante en el que se deshizo de su agarre.

Miró al chico que recuperaba su postura sin intención de dejar de hacer de tapón entre él y la entrada a la calle y entonces buscó con ahínco tras él.

- ¿Te siguen? – preguntó Jaejoong sin dejar de mirar más allá de él - ¡Di! ¿Te siguen?
- ¡No, no me siguen! – respondió Yunho sin relajar su postura -¡Cálmate!
- ¿Qué coño haces aquí?
- ¿Por qué huyes de mi?
- ¿Con quién vienes? – insistió Jaejoong sin dejar de esperar la llegada de terceros.
- ¡Con nadie! ¿Piensas que te busco con una patrulla de policía?

Jaejoong murmuró un inaudible “que cojones no me puedo esperar de ti” y entonces le miró de nuevo.

- Vale… ¿qué quieres?
- Saber que estás bien…
- Pero…


Jaejoong resopló y se pasó las manos por la cara. Yunho no debía estar allí.

- ¿Cómo me has…?
- Pregunté por tu nombre en no sé cuantos hoteles, residencias, hostales… y no estabas en ninguno. Supuse que estarías en las afueras pero…

Yunho se detuvo pensativo.

- ¿Qué? ¿Pero qué?
- ¿Y Changmin?
- ¿Qué pasa con él?
- ¿Estás solo?
- ¿Qué más te da?
- ¿Necesitas ayuda? Pensé que estaría contigo.
- ¿Qué?

Jaejoong acababa de dirigirle de nuevo la atención. Su estado de alerta dejaba a Yunho en segundo plano.

- Joder, Jae ¡Cálmate! ¿Necesitas ayuda?
- ¡N-no! Es que… ¿saben que estoy aquí? Lo sabes tú… Lo saben – se respondió en un tono de derrota.
- Sí. A mi no me dijeron nada hasta que fui a verte hace unos días. No me avisaron de nada.
- No tenían por qué. No eres ningún familiar ni mi tutor ni…
- Soy un conocido, creo que eso basta.
- ¿Y están aquí? ¿Qué saben? ¿Cuánto llevan buscándonos?
- Así que está contigo – dedujo Yunho en voz alta.
- ¡Contesta!
- ¡No lo sé! Yo apenas llevo aquí una semana. Supongo que los saben desde el día siguiente a vuestra huida. Cuando te he visto no me lo podía creer y he empezado a perseguirte creyendo que tal vez me equivocaba. Podías ser un desconocido huyendo por yo que sé que motivos… por no conocerme, pero sí que eras tú y huías precisamente porque me conoces.
- No digas a nadie que…
- No diré que te he visto. Si me escucharas…

Jaejoong ojeó de nuevo la calle y le miró sin poder contener un resoplo.

- ¿Cómo se te ocurre correr tras de mi? Podían haberme parado pensando que era un ladrón o algo así ¿Crees que estoy en situación de permitirme algo así?
- Fuiste tú el que echó a correr. Tuve demasiada suerte al encontrarte como para perderte de vista en una huida.
- Una suerte, sí. Si solo querías ver que esto bien, ya ves que así es. Ahora…

Jaejoong se dispuso a esquivar a Yunho pero se paró al escuchar su voz.

-  Espera – dijo sacando una tarjeta de su cartera con el nombre de un hotel – Me hospedo aquí, en la 108. Sé que no me dirás donde estás pero quiero que sepas donde encontrarme si me necesitas.
- Ya…

El chico cogió la tarjeta y, sin cruzar de nuevo las miradas, prosiguió su camino deseando estar fuera de su vista. No dejó de echar vistazos hacia atrás hasta no haber subido de nuevo al metro con la seguridad de que él no lo hubiera tomado pero no se deshizo de la tarjeta.

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Changmin se dejó caer en la cama cuando Jaejoong cerró la puerta tras de sí. Por un momento pensó en seguirle por miedo a verle desaparecer y no poder encontrarle pero sabía que, aunque a Jaejoong no le hiciera gracia, era dependiente de él a menos que pretendiera acabar durmiendo en la calle y robar para comer. En el último par de días había tenido la sensación de que Jaejoong se hubiera quedado con él aunque tuviera dinero para irse por su lado. Ahora se daba cuenta de que si Jaejoong hubiese tenido esa condición se habría largado, y no ese día, sino en la puerta del centro psiquiátrico.

¿Qué había dicho que fuera tan grave? Jaejoong no podía echar sobre él todas sus críticas y quejas sin esperar algo de vuelta, no después de todo lo que estaba haciendo por él. Había recordado de golpe el recuerdo que le había mantenido encerrado durante años pero a Changmin todavía lo tenía en pendientes. Al echarle en cara su olvido se había molestado lo suficiente como para largarse y llevar horas fuera.
Quizás Jaejoong no estaba enfadado con él sino consigo mismo, pero fuera cual fuera el caso los golpes caerían igualmente sobre Changmin, por lo tanto, daba igual.
Cuando Jaejoong volviera seguramente estaría más calmado y aunque volver a reanudar una conversación con él fuese de nuevo algo complicado no era algo imposible. Esa situación se había dado varias veces en las últimas semanas aunque no siempre con la misma gravedad y ya se estaba acostumbrando a lidiar con la tensión.

Cuando la puerta de la habitación se abrió se enderezó de golpe y Jaejoong cruzó por delante de las camas, como si Changmin no estuviera allí, hasta meterse en el baño y cerrar la puerta tras de sí. Abrió el agua fría en el lavabo y metió la cabeza bajo el chorro, apoyando ambas manos sobre las manillas del grifo.
El frío despejaba su cabeza y el agua que se escapaba hasta su cara le relajaba.

Changmin permaneció sentado sobre la cama con la mirada clavada en el suelo hasta que la puerta del baño se abrió y Jaejoong se dirigió a la cocina abriendo la nevera para coger una lata de refresco.

- ¿Podemos hablar? - preguntó Changmin a sus espaldas.
- ¿De qué?

Jaejoong se giró apoyándose en el mostrador y bebió un trago de la lata torciendo el gesto por la sensación del gas en su garganta.

- De lo que ha pasado hace unas horas
- No hay nada que hablar.
- Yo creo que sí.
- ¿Es malo que haya recordado?
- Quiero hablar de lo que aun parece que no recuerdas – dijo Changmin con pausa intentando no hacer ver lo que acababa de decir como una exigencia.
- Entiendo, pregunta – dijo Jaejoong antes de llevarse de nuevo la lata a los labios.
- ¿Que pregunte?
- Sí. Para empezar una conversación acerca de algo que, efectivamente, no recuerdo, es mejor que empieces tú.

Changmin estuvo de acuerdo y comenzó con la pregunta que tenía apuntada desde hacía días.

- ¿Algo en mí te es familiar?
- Algo como ¿qué?
- No lo sé...
- Sí.

Jaejoong bebió por última vez y deformó la lata vacía con su mano bajo la atenta mirada de Changmin, la tiró a la basura y volvió a mirarle como si esperase una nueva pregunta.

- ¿Me acabas de decir que sí?
- Sí.
- Y... - empezó a decir el chico de la cama sin saber por donde abordar la respuesta ahora que la tenia - ¿De qué se trata?
- Me gustaría que me dieras una pista. Con lo que te oigo decir y lo que creo recordar puedo llegar a una conclusión, pero no quiero decir en alto algo que no se acerque a la deducción a la que tengo que llegar.
- ¿Qué te da miedo?
- No me da miedo.
- ¿Entonces?
- No sé – dijo Jaejoong tras chasquear la lengua con un deje de molestia – Es raro, es incómodo y no sé si puedo decir algo que...
- Algo que...
- Que no te guste o sea una estupidez.
- ¿Qué es lo peor que puede pasar?
- Que te largues y me dejes tirado.

Changmin torció una leve sonrisa y resopló con suavidad desviando su mirada al colchón. ¿Dejarle tirado? ¿Irse sin él? ¿Temía Jaejoong lo mismo que Changmin después de todo? Pero Changmin sabía que no por la misma razón.

- No me largaré dejándote tirado sabiendo que no tienes pasta.
- No es solo por la pasta.
- ¿No lo es?
- No... - dijo Jaejoong y entrecruzó los brazos que durante los últimos minutos no había dejado de mover – Oye. No se si te odio o...
- O si solo te caigo mal -  terminó Changmin en un deje de broma al ver que iba a dejar el final de la frase en el aire.
- No éramos solo amigos – dijo ignorando la pequeña broma - ¿Verdad?
- No... Eso... ¿lo recuerdas o lo has deducido?
- Hay cosas que haces que realmente me joden y sin embargo hay algo en ti que... algo que me gusta.
- ¿Que habría de malo en eso?
- ¿Malo?
- Sí, te cuesta mucho decirme cada palabra...
- Es que no sé si algo de lo que digo es nuevo, aunque, por otro lado, creo que voy entendiendo que esto no me es familiar solo a mi.
- Sí que ha cambiado algo en ti – le aseguró Changmin.
- ¿A que te refieres?
- A que das mil rodeos para decir que hay “algo en mí que te gusta” y, sin embargo, la otra vez que me hiciste saber lo que sentías fue besándome sin previo aviso, arriesgándote a un puñetazo por conocerme de hace dos días y no saber nada de mi.

Jaejoong notó un nudo en su estómago y agachó la cabeza frotándose la nariz con el dorso de la mano. Acababa de sentirse totalmente expuesto y, sin considerar siquiera que lo que acababa de oír pudiera ser una mentira, acababa de avergonzarse al imaginárselo. En aquellos momentos tenía las mismas ganas de pegarle un puñetazo que de morderle los labios.

- No te diría esto si no fuese verdad. Sé que puedo parecer un capullo por ocultarte cosas y muchas veces la he cagado pero, Jae, tienes que entender que estoy contigo y no contra ti. Además todo lo que intento hacer por ti tiene una razón de peso, no decidí escaparme contigo porque te supieras la localización de las cámaras del edificio ni nada por el estilo. No eres cualquier persona para mi y si en ti hay, aunque sea, un pequeño atisbo de recuerdo, puedo esperar lo que haga falta para que se convierta en un recuerdo completo. Pregúntame lo que quieras cuando quieras y sigue mandándome a la mierda cuando lo necesites pero no desconfíes de mi.

Jaejoong permaneció sin mirarle mientras le escuchaba y no salió de él otra reacción que no fuera la de asentir una sola vez.

- Creo que te he visto asentir.
- Sí... - dijo el chico aun apoyado en el mostrador de la cocina y entonces le miró - ¿No me guardas rencor?
- No lo sé.
- Que respuesta menos clara, aunque seguro que más sincera que un “no”.
- No es justo culparte por algo que no es culpa tuya pero a veces no he podido evitar sentir algo parecido al rencor.
- Estás en tu derecho. Llevo una semana mandándote a la mierda casi a diario dando por hecho que me mientes porque prefiero que sea así. Pensar que me dices la verdad y que te he olvidado me hace sentir como un hijo de puta. No sé como no te has largado dejándome atrás.
- Porque no puedo. No te diré lo que siento por ti porque creo que ya has escuchado suficientes cosas por hoy pero supóntelo.

Jaejoong asintió una vez más y giró la cabeza hacia el mostrador de la cocina con la esperanza de ver algo con lo que cambiar de tema. Tenía demasiadas cosas en que pensar y pocas ganas de centrarse en ninguna de ellas.

- ¿No terminaste de hacer de comer? ¿Te acobardaste a última hora? - le preguntó a Changmin viendo las verduras y los demás ingredientes desordenados en la encimera.
- ¡Claro que no! - respondió el chico levantándose de la cama y caminando hacia él – Me he rebelado, eso es todo. No soy tu cocinero así que, o ayudas o no comes.
- ¿Qué ha sido del guiso aleatorio Shim Changmin?
- Será guiso aleatorio Shim Kim.
- Suena bastante estúpido pero si se puede comer bautízalo como quieras.
- Si se puede comer o no lo sabremos dentro de un rato

Jaejoong puso las zanahorias ya cortadas en un pequeño cuenco y sacó la carne de la bandeja de plástico poniéndola sobre la tabla.

- ¿Cómo se corta? ¿A tacos? ¿A tiras? - preguntó a Changmin cogiendo el cuchillo del mostrador sin apartar la vista de la carne.

Changmin alzó la mirada dispuesto a responderle pero la impresión que le dio ver a Jaejoong con el cuchillo en la mano le hizo olvidarse de la respuesta. Agachó de nuevo la cabeza y tras tomar aire le respondió con tono resuelto.

- Ah, déjame eso a mí – dijo tomando el cuchillo de su mano tras pasar tras él – Puedes ir guisando lo que ya está cortado, si te parece.
- Claro...

Jaejoong tardó en relajar la mano tras desaparecer el cuchillo de entre sus dedos y  resopló suavemente con una sonrisa irónica mientras se apartaba. Changmin le miró automáticamente.

- ¿Qué pasa?
- ¿La pregunta es para mi? - preguntó Jaejoong acompañando la pregunta con el mismo tono de ironía – Bueno, lo entiendo.

Changmin le miró fingiendo no entender pero no se le dio bien.

- No voy apuñalando a la gente – dijo Jaejoong vertiendo las verduras en la sartén – A menos que me provoques y tenga que ponerte en tu sitio.
- No quería hacerte entender eso...
- Ya, querías que no me diera cuenta. En serio, da igual. Si cambiásemos los papeles yo a ti no te dejaría coger ni una cuchara.
- Pues con una cuchara también se puede matar a alguien – dijo Changmin con un acento que pretendía imitar al otro chico.

Jaejoong sonrió con disimulo. Lo había captado. Esa frase acababa de ponerla en boca suya con ese tono absurdo. A Changmin nunca se le había dado bien imitarle pero lo que le quería hacer entender ya estaba claro.
Si pensaba en todo lo que podía haber pasado durante el último año comprendía que debían ser muchas cosas las que había olvidado porque las sensaciones eran demasiadas y muy complejas como para ser producto de algo trivial entre ambos.

Empezó a remover con una cuchara el contenido de la sartén, disfrutando del sonido del borboteo del agua al mezclarse con el aceite caliente y del olor que desprendían las verduras al empezar a dorarse. Quería prestar atención a cualquier cosa que no tuviera que ver con nada de aquella tarde.
Aun no había mencionado su encontronazo con Yunho y la única utilidad que eso podía tener era la de informar a Changmin de que la policía llevaba una semana buscándoles por la ciudad. Pero suponiendo que eso ya lo habían dado por hecho y que actuaban teniéndolo en cuenta, no había nada esencial que decir.


13 comentarios:

  1. Oh oh oh!!!

    Cuando he dejado de corretear por mi casa y me he centrado en leer, cosa dificil porque tengo dos cachorros que no paran de corretear...xD

    Enga me pongo en serio.

    Lo primero de todo...JAE HA RECORDADO!!!!
    ¿sabes la cara de idita que se me quedo cuando vi lei eso???
    Vamos como que no me lo esperaba para nada, y mucho menos que se lo tomase con esa calma, ahora esperaba que no se arrepintiese porque el padre era un pedazo deeee...ya sabes...pero vamos, el recuerdo ha llegado tan normal con una actividad cotidiana que hacia su madre, algo que me parece bastante logico.

    Me ha dolido de nuevo esa pelea con Min, aunque lo entiendo, porque es jodido tener q confiar en alguien de quien no te acuerdas y encima te esconde las cosas, pero bueno, q recuerde esos momentos felices que tuvieron juntos por dios!!!!

    Por otro lado no esperaba para nada que Yunho apareciese en escena, otra vez me quede con cara de tonta, ademas q le ha avisado que le buscan...vamos q han llegado rapidamente a japon para encontrarlos...buff no me gusta nada eso, ahora q parece que se esta mejorando la cosa aparecen los malos...

    Bueno tb he de decir q no esperaba que ChangMin se sincerara tanto de golpe, q creo q es mejor porq fuera secretos pues digo yo q confiaran mas...

    Y no se q mas decir...ademas de que me dejas intrigada por saber mas y que esperare aqui sentadita para el siguiente capitulo *.*

    Atte; Lessien

    pd: muchisimas gracias por seguir el fic ^^

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  2. woooah siguelo, quiero amor jaemin xD

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  3. ... 3 2 1.... Waaaaaaaaaa soy feliz con continuación n.n no se que decirte el capitulo esta .... no se pero estoy tan feliz y triste y muchas cosas al mismo tiempo, pero me encanto la verdad Jaejoong por fin recordo como es que mato a su padre (¿eso te convierte en un criminal?) diooos y luego aparecio Yunho cada vez esto se pone cada vez mejor, lo que aun me duele es que aun no recuerda a Changmin T-T snff

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  4. el rencor consecuencia del dolor que siente Min... dolor de haber sido olvidado... :/ vamos Jae recuerdalo.... no quiero que el reno siga sufriendo... bueno ya al menos le dijo que tiene miedo de que lo deje y no es por causa del dinero...ahhh quiero maaaaaaaaasssssssss!!!... me quedo chico el capitulo... estoy pidiendo demasiado? ... suelo ser asi cuando gusto mucho de algo... n.n

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  5. Okkkk este capitulo me sorprendio banstante porq jae recordo de lo mas normal y eso me encanto! Siento que liberaste mi mente y me quitaste un peso de encima XD yo me imagine que ocurriria el mega drama si llegaba a recordar..me alegro de que no fuera asi..esto tiene mas logica!ademas que fue super inesperado te doy 100 puntos por eso XD ahora lo que me tiene con el credo en la boca es que la policia los persigue y obviamente jae iria a la carcel ToT xq por mas rata que fuese el papa matarlo fue lo correcto pero lo hecho hecho esta u.u si los llegan a pillar se acabo todo ToT espero que en el proximo capitulo jae y min se peleen o se amen o lo que sea pero con mucha accion y emocion *0* ya saben lo que tenian que saber asi que ahora solo les toca fortalecer su relacion a punta de amor o a los golpes, pero que lo hagan XD

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  6. Fue tan de improviso como recordó todo, y se nota que ahora no olvidara, ahora lo único que falta es que pueda recordar a Changmin, pero tengo la sensación que recordara antes lo de Yunho que lo de Min, tururu (se desmotiva sola u.u)

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  7. Vaya! he quedado impresionada, asumía que la memoria le llegaría como algo natural, pero no asumía la actitud con que Jaejoong enfrentaría el hecho de haber matado a su padre.
    Por lo tanto pienso que para Jae el shock no se dio por el hecho de haberle quitado la vida, más bien pienso que llevó tanto tiempo maquinando en su mente como enfrentar la verdad ante el papá y la forma como reaccionaría lo que lo obligó a olvidar, eso y el odio que sentía por él de tanto maltrato.
    Jaejoong me da un poco de miedo, porque lo más natural para una persona es sentir culpa; los que matan su conciencia se convierten en psicópatas, espero estar moviendo mi mente a lugares equivocados :D ...
    lamey eres genial! la aparición de Yunho no me gusta, menos me gusta que todos sepan que están en Japón.. me llene de stress.
    Espero con ansias tu siguiente actualización.
    Besos.

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  8. Por fin pude leer Yay!!
    La paranoia suele ser mi amiga asi es que no negaré que ese recuerdo tan tranquilo de JJ me sabe a raro y la presencia de yunho aún peor. No puedo evitar preguntarme si yunho lo ha seguido por amor o tal vez sea por algo más? cerciorarse de algo? humm..
    Hey! vimos apenas un atisbo del papá de JJ y ugh en las pocas lineas que escribiste sobre él, lograste hacerlo bastante desagradable, una cosa que me llamó la atención fue que JJ pensó que yunho lo iba a dejar si no hablaba con su padre.
    Bien! soy incondicional de JJ así es que le busco la 5ta pata al gato para que aún pueda ser inocente jajaja
    Gracias lamey la historia está genial ♥

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  9. Hola amix.... aquí seguimos esperando por ti..

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  10. AHHHH!!!! Por fin llegue a esta parte :)

    Primera q nada me soprendio q hya recordado y me qede igual q Changmin, q se lo tome todo tan calmado y sin ningun apiz d culp dej a uno d una forma desconcertante, peeo bueno ahora ya esta recordando

    Woo y ese enxuentro con Yunho fue demasiado sorpresivo, hasta me asuste, pero JJ ya est enterado q los estan buscndo

    Gracias, esto se pone bueno :D

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  11. Que genial se siente cuando actualizan los fic tan bueno como este y no te sientes decepcionada por que lo dejan tirado.
    tu fic es realmente hermoso he tenido de todas las emociones que existen, pero este cap si duda me dejo con colera, es que porque duro tan poco la libertad u.u
    quiero saber que onda con Yunho es traidor o no??
    Jae recupera esa memoria y ama a Changmin y no me lo hagas mas sufrir.
    Changmin toma a Jae y hazlo tuyo ya XDDD
    en fin quiero saber como sigue esperare el siguiente cap. oajala te animes a escribir mas fic MinJae n.n se que es difícil pero motivación shinki es buena xd
    saludos........ n,n

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